Históricamente, el arte funerario y el hombre han ido de la mano prácticamente desde el principio. Fue el hombre de Neandertal quien comenzó a realizar unos primeros ritos y a enterrar a sus muertos con distintos elementos decorativos, por lo que se puede considerar como el principio de la relación entre la muerte y el arte, el inicio del conocido hoy día como arte funerario.
La variedad de enterramientos y monumentos de tiempos prehistóricos han perdurado hasta hoy día con menhires, dólmenes, estelas funerarias… del Neolítico o de la Edad del Bronce, dando una idea de la importancia que iba cobrando el respeto a los fallecidos y a la muerte.
A lo largo de la historia esta forma de exaltar el recuerdo, llamar la atención sobre la mortalidad, u homenajear la vida y hazañas del difunto ha evolucionado al mismo ritmo que las sociedades humanas.
Las civilizaciones más poderosas han llamado la atención de la historia por su espectacularidad en el arte funerario, véase las pirámides de Egipto, los Guerreros de Terracota de la Tumba del Emperador Qin, el Mausuleo de Halicarnaso, el Taj Majal…
Con la llegada de los imperios griego y romano, el mármol adquiere protagonismo en estas representaciones mortuorias, bajorrelieves, sarcófagos, cámaras mortuorias… Costumbre que se extendió a la edad media y hasta nuestros días.
El mármol como elemento principal en el arte funerario
Junto al granito, el mármol es una de las piedras más frecuentes en este tipo de actividad artística gracias a su elevada resistencia y características físicas, capaces de soportar las distintas condiciones climáticas posibles. La variedad de elementos que se pueden llevar a cabo con el mármol lo convierten en el soporte ideal para dar forma al arte funerario a día de hoy.
Estos son los objetos y estructuras más habituales.
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La lápida
Esta pieza habitual en todo enterramiento moderno no es más que una piedra plana, cuya superficie sirve para grabar una inscripción, ya sea el nombre, y fecha de nacimiento y muerte de la persona enterrada como alguna frase de los familiares y amigos o del propio yaciente. El mármol, al ser una piedra sobre la que se puede trabajar, sirve también para llevar a cabo alguna representación en relación a sus creencias o gustos en vida.
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El panteón
De distintas dimensiones, el panteón es en sí mismo un monumento funerario utilizado para alojar los restos mortales de una o varias personas. Según sus dimensiones puede alcanzar la categoría de arquitectura funeraria.
Tipos de panteones
Dentro de esta categoría, si es muy ostentoso recibe el nombre de mausoleo, en referencia a una de las siete maravillas del mundo; la tumba de Mausolo. Si, por el contrario, no contiene restos mortales y simula una tumba ,se denomina cenotafio. Por último, si es únicamente utilizado como espacio para el recuerdo, sin referencia alguna a un sepulcro, entonces se le llama monumento conmemorativo o memorial.
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Estela funeraria
En este caso se trata de un monumento de aspecto y dimensiones monolíticas, que lleva incorporadas inscripciones en forma de pedestal o de lápida. Se erige directamente sobre el suelo y puede tener varias funciones; funeraria, religiosa, conmemorativa e incluso geográfica.
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Estelas discoidales
Cabe hacer especial mención a estas estelas que se localizan justamente donde tuvo lugar un óbito o enterramiento. De forma general, es circular con un pie ancho en la parte inferior para clavarlo en la tierra.
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Cruces y sepulturas
Muy común en los cementerios y campos santos de todo el país, las cruces y las sepulturas de mármol representan un tipo de enterramiento entre el nicho y el panteón. Las sepulturas son estructuras rectangulares que sobresalen directamente del suelo a poca altura, la suficiente para servir de marco para que los restos descansen en la tierra. Sobre estas estructuras se colocan lápidas de las dimensiones del marco y del mismo material, es decir, todo de mármol.
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Esculturas y proyectos especiales
Con el mármol es posible ejecutar proyectos singulares y diversos trabajos especializados dentro del arte funerario, como esculturas o elementos de grandes dimensiones. Es frecuente que personajes importantes en vida elijan algún icono que les haya representado y se ejecute en mármol para que presida la sepultura o el panteón. También es muy frecuente el uso de copas y urnas para guardar las cenizas en el centro conmemorativo elegido.